¿Por qué América es el mejor país del mundo?

Soy un gran seguidor de las Series de Televisión de HBO, uno de los canales de televisión por cable y satélite más populares en Estados Unidos. Son unas de mis principales fuentes de ocio y entretenimiento. Boardwalk Empire‎, Juego de Tronos, A 6 metros bajo tierra, Sexo en Nueva York, Roma, Los Soprano, True Blood, True Detective… todas ellas se encuentran en formato cedé o deuvedé ordenadas con mucho esmero en las estanterías de mi casa.

Hace poco me recomendaron la Serie de Televisión ‘The Newsroom’. Para mi sorpresa era de mi adorada HBO. ¿Cómo había podido ser que esta serie me hubiese pasado totalmente desapercibida? Con dos temporadas emitidas en España (Canal+) y con el anuncio de la tercera y última temporada anunciada para este otoño.



La serie está creada y guionizada por Aaron Sorkin que también creó la serie ‘El Ala Oeste De La Casa Blanca’ y que ganó el prestigioso premio Oscar al mejor guión de una de mis películas fetiche más actuales, ‘La Red Social’ (2010).

Will MacAvoy es un de los periodistas y presentadores de informativos de los Estados Unidos al cual le caracteriza su total imparcialidad. Durante un debate en una universidad, junto a un par de representantes Liberal y Conservador una joven estudiante pregunta a la miembros de la conversación: ¿Pueden decir por qué América es el mejor país del mundo?

Diversidad y oportunidad–, responde Sharon, la representante Liberal.

Libertad y Libertad–, responde Louis, el representante Conservador.

Los New Yorks Jets–, responde nuestro protagonista, Will.

El moderador le replica: No, le pido que conteste a esto. ¿Qué hace que América sea el mejor país del mundo?

Bueno, Louis y Sharon ya lo han dicho: diversidad, oportunidad y libertad–, Will comienza a verse apurado por la conversación. –No dejaré que se vaya sin responder a la pregunta–, presiona el moderador apuntándole con un bolígrafo.
¡Bueno! Nuestra constitución es una obra maestra, James Madison era un genio. La Declaración de la Independencia es para mi lo mejor que se ha escrito en América.–, cruce de miradas y silencio incómodo, –No le veo satisfecho–, exclama Will. El moderador, incómodo, le insiste… –Una es un corpus Legal y la otra una declaración de guerra, quiero que me dé un momento humano, ¿que hay de América? ¿por qué el pueblo…–.
–¡No es el mejor país del mundo, Profesor! ¡Esa es mi respuesta!
¿Quiere dec…?
¡SÍ!–, un silencio sepulcral invade toda la sala.
El Profesor intenta de cambiar de rumbo porque advierte el peligro en la mirada de Will, pero éste se hace con la conversación y estalla en un ataque de sinceridad en uno de las mejores reflexiones sobre la actualidad del América, y muy posible sobre la actualidad de todo el mundo, de la que he podido disfrutar en mucho tiempo:
No es el mejor país del mundo, Profesor, esa es mi respuesta. Sharon, los editores son unos pringados. Sí, hablamos de un centavo de nuestra nómina pero te golpean con eso siempre que quieran. No cuestan dinero, cuestan votos, cuestan tiempo de radio y columnas de prensa. ¿Sabes por qué no gustan los Liberales? Porque pierden. Si esos cabrones son tan listos, ¿cómo es que pierden siempre, joder?
¿Vas a decirle sin reírte a los estudiantes que América es tan maravillosa y cuajada de estrellas que somos los únicos en el mundo que tenemos libertad? Canadá tiene Libertad. Japón tiene Libertad. El Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, España, Australia, Bélgica… tienen Libertad. Hay 207 estados soberanos en el mundo y 180 tienen libertad.
En cuanto a ti, pijilla. Por si por casualidad entras en una cabina a votar hay varias cosas que deberías de saber y una de ellas es que no hay ni una sola prueba de que apoye de que somos el mejor país del mundo. Somos el séptimo en alfabetización, el vigésimo segundo en ciencia, el cuadragésimo noveno en esperanza de vida, el ciento setenta y ocho en mortalidad infantil, el tercero en ingresos por hogar, el cuarto en mano de obra y el cuarto en exportaciones. Somos líderes mundiales sólo en tres categorías: número de encarcelados por cápita, número de adultos que piensan que los ángeles existen y en gasto de defensa ya que gastamos más que los veintiséis siguiente juntos, veinticinco de los cuales son aliados. Ahora bien, de esto no tiene la culpa una universitaria de veinte años. Pero perteneces sin embargo y sin duda alguna a la peor generación que haya existido jamás. Así que cuando me preguntas que porque somos el mejor país del mundo no sé de que coño me estás hablando.

Claro que lo éramos. Defendíamos lo que era justo. Luchábamos por razones morales. Establecíamos leyes y las derogábamos por razones morales. Librábamos guerras contra la pobreza y no contra los pobres. Nos sacrificábamos. Nos preocupábamos por nuestro prójimo. Poníamos dinero en lugar de hablar y nunca nos jactábamos de ello. Construíamos grandes cosas. Realizábamos avances tecnológicos increíbles. Explorábamos el universo. Curábamos enfermedades, cultivábamos los mejores artistas del mundo y también teníamos la mejor economía. Nos dirigíamos a las estrellas. Actuábamos como hombres. Aspirábamos a la inteligencia, no la despreciábamos, no nos hacía sentirnos inferiores… no nos identificábamos por a quién habíamos votado en las últimas elecciones y no… no teníamos miedo.
Éramos capaces de ser y hacer todas esas cosas porque estábamos informados por grandes hombres. Hombres reverenciados. El primer paso para resolver un problema es reconocer que existe. Así que América ya no es el mejor país del mundo–. Will mira al Profesor y le pregunta, –¿Suficiente?–.

La serie derivará en un viaje para retomar la ética periodística, y a través de ella, hacer de América el mejor país del mundo. La serie es apasionante y os la recomiendo muy encarecidamente. Está llena de momentos brillantes y geniales como el que os acabo de citar.

Más información sobre The Newsroom en este enlace.


Por cierto, los pocos que me leéis me habéis hecho llegar vuestra inquietud sobre mi forma de invitar a la reflexión desde este blog utilizando la cultura popular. Gracias por apuntarlo, esa exactamente la intención. Seguramente podría hacerlo utilizando referencias cultivadas y quedar fetén. Pero la mayoría de la gente no leemos estos libros y sí vemos estas series. Pero prometo hacerlo también desde la moderación. Al fin y al cabo Putilatex ya advierte en una de sus canciones que ‘El Pop Nos Va A Volver A Todos Gilipollas’.

Como tuitear en Medios de Comunicación con éxito



Cada vez son más los Medios de Comunicación que utilizan las Redes Sociales para comunicarse con su audiencia. La Prensa Escrita, la Radio, la Televisión… utilizan a Twitter como Red Social Preferente para ello. Lo hacen por la sencillez de la red y su inmediatez. Durante varias semanas, y de forma aleatoria, he estado enviando tuits a varios Medios de Comunicación con un relativo éxito. En esta actualización de Blog voy daos algunas de las claves para que participéis en informativos y tertulias de Radio y Televisión, en las Cartas al Editor de la Prensa Escrita, etc. ¡Y que éstos tengan las mayores posibilidades de ser mencionados! Pero lo más importante… ¡transmitiendo nuestra opinión o mensaje!

Convertirnos en un referente


La fidelidad es un grado para los Medios de Comunicación. Por lo tanto es importante convertirnos en un referente para ellos y que estén familiarizados con nosotros. Son más reticentes a publicar opiniones espontáneas. Antes de mostrar nuestros mensajes darán un vistazo a nuestro perfil para ver anteriores mensajes… ¡e incluso a otros medios!

  • Haceos seguidores del Medio de Comunicación.
  • Haceos seguidores del Informativo, Programa, etc.
  • Haceos seguidores del equipo: presentadores, redactores…
  • Participad a un nivel humano, lógico y comprensible de sus éxitos, fracasos, inquietudes… sus comentarios más triviales.


Cuando participar


Pese a que el Medio de Comunicación anuncie durante la emisión, en pantalla o en radio, la pregunta y os anime a participar de ella… lo más seguro es que no vaya a ser atendida. Los Equipos de Redacción anuncian en sus Redes Sociales esas mismas preguntas varias horas antes –de 2 a 3– y las respuestas recibidas a estos tuits van a ser las que veamos comentadas y no las que se envíen durante la emisión. Por lo tanto hay que estar atentos y participar con nuestros tuits en ‘la primera convocatoria’.

Vuestro Perfil


Vuestro nombre o sobrenombre

Es importante utilizar nuestro nombre real. Si no queréis hacerlo podéos utilizar un nick (sobrenombre) que no sea demasiado estridente.

Vuestra fotografía de perfil

  • Utilizad una fotografía reciente y a color.
  • En la medida de vuestras posibilidades y conocimientos de software, utilizad un editor de imágenes para saturar levemente el color y ganar relevancia visual.
  • Es importante que mantengáis siempre la misma imagen y que no cambiéis la fotografía de vuestros perfil regularmente.
  • Entre una fotografía que os hayan tomado y una autofoto, la fotografía.
  • Mejor aparecer solos que acompañados de otra gente. Descartaremos las fotografías en grupo.


Si os convertís en un referente para ellos se acostumbrarán a esta imagen e incluso os buscarán por ella.

La descripción de vuestro Perfil

Utilizad una representación socialdemográfica rápida.
Si no lo deseáis o no queréis poner datos personales podéis utilizar una frase célebre.
Es vital indicar la ciudad, población y provincia donde residís. ¡Es un dato al que siempre hacen referencia!

De este modo, cuando os nombren, escucharéis vuestro nombre, localidad y provincia.

Por ejemplo: Ciudadano Smile, desde Alboraya, Valencia. Opina que…


El mensaje


Vuestro mensaje es vuestro mensaje. Contiene vuestra opinión y ese es un melón que no deseo abrir. Pero aquí van algunos consejos sobre cómo redactarlos y construirlos con el mayor grado de éxito posible…

  1. Revisad vuestra ortografía y gramática, ¡debe de ser inmaculada!. Solemos escribir rápido y no repasamos con atención lo escrito. Bueno, pues nos vamos a acostumbrar a repasarlo a fondo. Tranquilos, que no hay prisa. Recordad que estamos escribiendo en primera convocatoria, es decir, varias horas antes de la emisión. Utilizad tildes, comas, comillas, signos de apertura en exclamaciones, preguntas, etc.
  2. Nada de contraer nuestro mensaje. Por ejemplo QUE por K ó POR por X. Hay que escribir siempre correctamente.
  3. ¿Estamos limitados a los 140 caracteres de Twitter? Si nuestro mensaje es demasiado largo y no cabe en los dichosos 140 caracteres –maldición, siempre sucede– lo dividiremos en varias partes y utilizaremos números entre paréntesis para organizar su orden de lectura al final del tuit (1), (2), (3), etc.
  4. Mostraos siempre desafeccionados y escépticos
  5. Utilizad Hashtags sólo si lo indica lo indican ellos.
  6. Sed elegantes, frescos, divertidos pero no irreverentes… ¡ni adjetivéis, ni califiquéis a nada ni a nadie!
  7. No seáis taxativos. Utilizad expresiones como ‘a mi me da la impresión’ o ‘en mi opinión’. Nunca elevaremos nuestro comentario al nivel de la realidad porque no somos Toni Cantó. Además, los redactores descartarán de entrada el tuit.
  8. Si otros participantes con opiniones contrarias a las nuestras nos responden nunca –pero nuncanuncanuncadebemos de seguirles el juego: no respondemos. Nunca.

La era de la In-Comunicación

En la última entrevista que Carl Sagan concedió antes de morir y con el motivo de la presentación de su último libro ‘El mundo y sus demonios: La Ciencia como una luz en la oscuridad’, en 27 de Mayo de 1996 y con Carlie Rose, el astrónomo, astrofísico, cosmólogo, escritor y divulgador científico estadounidense declaró:
<<Mi sentir, Charlie, es que no es que las pseudociencias, las supersticiones y las creencias de la tan famosa New Age y que el fundamentalismo sean algo nuevo. Esto ha estos con nosotros desde que somos humanos. Pero vivimos en una era basada en la ciencia y la tecnología con poderes tecnológicos formidables. La ciencia y la tecnología están impulsándonos hacia adelante a velocidades aceleradas. Es verdad y si no comprendemos, nosotros como público general, creyendo que no es bueno ni que podemos hacer algo al respecto… entonces, ¿quién está tomando todas las decisiones sobre la tecnología y ciencia que determinarán en qué clase de futuro vivirán nuestros hijos? ¿Tan solo unos miembros del congreso? Pero si ni siquiera hay un puñado de congresistas con antecedentes científicos en absoluto. Y los congresistas republicanos simplemente abolieron su propia oficina de evaluación tecnológica. Una organización les dio consejos bipartitos competentes sobre ciencia y tecnología, y ellos dijeron: no queremos saberlos, no nos hablen sobre ciencia y tecnología. ¿Cuál es el peligro de todo esto? Me refiero a que no es todo. Hay dos clases de peligro. Uno es el que acabo de decir. Que estamos organizando una sociedad basada en ciencia y tecnología y nadie puede entender nada de ciencia y tecnología. Y esta mezcla combustible de ignorancia y poder tarde o temprano va a explotar en nuestras caras. Digo, ¿quién está dirigiendo la ciencia y la tecnología si no una democracia que no sabe nada sobre éstas? Y la segunda razón por la que me preocupa esto y es que la ciencia es más que un cuerpo de conocimiento. Es una forma de pensar. Una forma escéptica de interrogar al universo con pleno entendimiento de la falibilidad humana. Si nosotros no somos capaces de hacer preguntas escépticas para interrogar a aquellos que nos dicen que algo es verdad, para ser escépticos de aquellos en la autoridad, entonces estamos a merced del próximo charlatán político o religioso que aparezca. Es algo en lo que Jefferson enfatizó bastante. Dijo que no era suficiente exaltar ciertos derechos en la Constitución y en la Declaraciones de Derechos si no que la gente debería ser educada y debería practicar su escepticismo y educación o de otra manera nosotros no manejaríamos al gobierno si no que el gobierno nos manejaría a nosotros.>>


Y de repente, en 2014, nos golpean las palabras de Carl Sagan a modo de profecía, pero añadiendo algunas situaciones tan absurdas que no las pudo prever.

Vivimos en la ‘ERA DE LA COMUNICACIÓN’. Pero lo que no es tan popular y de lo que resulta antipático hablar es de que también vivimos en la ‘era de la in-comunicación’ –que escribo en minúsculas para que contraste comparativamente de modo mucho más dramático–. Y es que no sabemos que hacer con toda esta tecnología para comunicarnos correctamente...

Los hogares de los ciudadanos han sido tomados por uno o varios aparatos de televisión. ¿Qué digo? ¿Aparatos de televisión? ¡Pantallones elecedé con un porrón de pulgadas! ¡Incluso en tresdé! También tenemos tedeté, deuvedé, blurei, uno o varios ordenadores de sobremesa y portátiles, uno o varios teléfonos fijos y móviles, tabletas, reproductores de emepetreses, sistemas de sonido sofisticados… un porrón de megas de conexión a internet y sobre todo muchos cables. Por cierto, ¿soy el único al que no paran de subirle la velocidad de conexión a internet sin subirle el precio de la tarifa? Además, que no avisan de que te la suben. Te envían un SMS, un email y una carta de correo ordinario para darte la enhorabuena por ello y ya te das por avisado –después, claro–. No tenemos ningún problema para enterarnos de qué pasa en cualquier momento en cualquier parte del mundo. Excepto en la casa de uno. ¡Siempre soy el último en enterarme de todo lo que pasa en mi casa! ¿Y vosotros? ¿También? Curioso… esa sensación comienza a extenderse a todos.

¿Qué es lo que está desapareciendo de los hogares de los ciudadanos? Las radios, los libros, los diccionarios, las enciclopedias, los cómics, la prensa escrita, las revistas especializadas… También desaparecen los casetes, los cedés y los discos de vinilo. Incluso comienzan a realizarse estudios que señalan la alarmantemente bajada del número de animales de compañía por hogar puesto que con la presencia de las redes sociales y los servicios de micromensajería comienzan a ocupar el lugar afectivo de nuestras mascotas en la cestita de al lado de nuestra cama. Mucho compartir actualizaciones de Facebook en nuestros muros con adopciones urgentes de animales y los estamos sustituyendo por un peluche de Pokemon en la estantería y un Smartphone conectado por un cable al enchufe de la luz en la mesita de noche. Por cierto, que también estamos reduciendo el número de flores y plantas por hogar.

Esto es lo material y lo tangible. Hablemos de lo inmaterial y de lo intangible.

Los hogares de los ciudadanos y los ciudadanos han sido tomados como rehenes en sus propios hogares por cientos de canales de televisión que emiten una buena cantidad de telebasura y lo miden todo por el Share (cuota de pantalla) y no por la calidad de sus contenidos. También emiten información manipulada en sus noticieros de modo amarillento y lo miden todo por el rasero de la ideología de la casa y no por la veracidad más independiente de los hechos. Tenemos dibujos animados que a mí, personalmente, me dilatan las pupilas a tope. Y como no, series de televisión interminables, películas del año patapón, realitis, tertulias, programas de televisión ‘quepasaneng’ y los conciertos de música con falsos directos de la diva de turno que a los cinco años y tres cedés te planta un grandes éxitos.

Los hogares de los ciudadanos y los ciudadanos han sido mayoritariamente silenciados. Esta afirmación me ha costado más de un disgusto en alguna mesa tertuliana post-postrera y pre-cafetera porque un servidor afirma que lo que se escuchan ahora en los hogares son todos estos aparatos y no el alegre claqueteo de nuestras cuerdas vocales. Pero es cierto que los miembros de los núcleos familiares se están dejado de comunicar entre ellos de una forma importante. Ponemos la televisión mientras comemos y, bajo ese aparente ruido, sólo existe el silencio entre nosotros. Y nos lo comemos todo –los contenidos de la televisión, la comida y la situación–, tan ricamente.

Estamos bombardeados por tanta noticia y por tanta información, que nos satura y además nos es imposible permanecer centrados en ella más de cinco minutos porque en ese breve lapso de tiempo ya hay una nueva. ¿Has escuchado lo de Bárcenas y te has enterado de algo? ¡Claro que no! Porque ahora se habla de los falsos ERE en Andalucía que… ¡Mira! ¡Pujol! Que fuerteeeeee… Al final, agotados, nos aburrimos y nos insensibilizamos. ¡Han logrado que nos dé igual!

Tengo que ser honesto y admitir que te he mentido. Verás, te he dicho que ‘Los hogares de los ciudadanos han sido tomados por uno o varios aparatos de televisión’ –además de mucha más tecnología– pero en realidad hemos sido nosotros solitos quienes hemos metido todo eso en casa. Pero la mentira está justificada: ¿leerías la entrada de un blog que comenzara diciéndote ‘tí@, somos tont@s de capirote’?

¿A la de tres? No. A la de Cuatro.

Durante estos días es noticia Miguel Pajares, un religioso español infectado cuando asistía a los enfermos del virus ébola en Liberia y que ha sido repatriado para ser tratado en el complejo sanitario La Paz - Carlos III de Madrid. Mi intención no es entrar en polémica sobre si debería de haber sido repatriado o no, si debería haber sido tratado en Liberia o no, sobre un posible estallido en España o sobre quién paga este despliegue. Cada uno tiene su opinión y su conciencia. Y allá cada uno con ambas.

Miguel Pajares, rodeado de medidas de
seguridad sanitarias en su llegada a España.
Escribo esto porque me he quedado desencajado y ojiplático con el informativo del mediodía del canal de televisión Cuatro. Os explico. Durante el informativo, en el que se ha hablado de Miguel Pajares, nos han plantado un pepino en forma un pequeño bloque informativo sobre películas basadas en contagios de virus. Las primeras han sido más o menos realistas (‘Contagio’ y ‘Estallido’) pero también han emitido fragmentos de películas que iban de hornadas de zombis a invasiones extraterrestres ('Guerra Mundial Z' e 'Invasión'). ¿Hola? ¿Estamos aquí para informar con rigor y seriedad? Lo siento, pero esta llamada a Cuatro ha dado comunicando.

Cartel de la película 'Contagio',
dirigida porSteven Soderbergh.
Tras recomponerme de semejante situación he decidido revisionar una de ellas con mi familia. ‘Contagio’ (2011) de Steven Soderbergh es una una película llena de tensión, brillantemente escrita y antisensacionalista sobre una epidemia a nivel global que aborda el tema desde la seriedad científica. El argumento gira en torno al regreso Beth Emmhoff de un viaje de negocios en Hong Kong (China) a Minneapolis (Estados Unidos). Lo hace sin saber que está contagiada de un virus que va a acabar con su vida y con la de millones de personas en su país y en el resto del mundo.

La escena que siempre ha logrado perturbarme profundamente, y muy por encima de las demás, tiene lugar en un plató de televisión. Se trata de un debate entre el Dr. Ellis Cheever –médico-investigador del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades– y el periodista freelance Alan Krumwiede –que escribe un blog sensacionalista donde lo realmente importante parece ser el número de visitas–. Transcribo el diálogo porque me parece que resume a la perfección mi opinión sobre el pepinazo de Cuatro.

<<Hacemos lo imposible para averiguar el origen del virus para tratarlo y conseguir una vacuna, si es posible. Aún no sabemos todo lo que hay que saber. Aún no. Lo que sí sabemos es que para enfermar hay que entrar en contacto con un enfermo o con algo que éste haya tocado. Y para asustarse hay que entrar en contacto con un rumor o la televisión o internet. Lo que el señor Alan Krumwiede está propagando es mucho más peligroso que la enfermedad.>>